El
grupo de pares aparece como el principal agente de socialización respecto de
sus vivencias, siendo reconocidas como fuente de aprendizaje[1] del travestismo. El contacto
con las pares permite salir del encierro y romper con la creencia de la
vivencia única, al auto- reconocerse en ellas.
De este modo, el sentimiento de soledad y ajenidad que la acompaña desde
su niñez se amortigua en lo que Fernández (2004) enuncia como la
colectivización de una experiencia.
“(…) empecé consultarle a
mis otras amigas que eran traves también que eran...eh que vivían a la vuelta
de mi casa, que podía hacer yo para tener por decir pechos, eh quien me podían
encerar la cara, eh cosas así de todo lo que, porque después igual me llamaba
la atención y ahí me decían ¡ya si vai a hacer la huea´ hazla un día ya! Yo
dije pero es que igual, porque después en esos momentos yo igual ya igual
después me empezaba a comprar ropa de mina”
“Por decir me dieron ejemplo no más de usar hormona, y de que yo me tenía que
arreglar más y todo el cuento.”
“Sí, si a mí lo que más me
gustaba era producirme, pero tomé, después como un poco de envidia y rechazo de
parte de ellas, porque vieron como ellas eran un poco más anchas, más gordas,
la voz más aguda de ellas….graves no sé cómo será, mi físico al de ellas era
diferente, un tema de vestimenta era más diferente también, ellas eran como muy
señoras para vestirse igual también, pero yo era como que quería sobresalir”
“Y me resultó, si me
resultó, lo que pasa es que después empecé así como a alejarme de ellas porque
lo hacían así como para no verme yo más bien cachai, ellas lo hacían para yo
verme mal, para yo engordar más, porque mi contextura era más delgada que
ellas, ellas eran más gruesas, gordas y como que… cuando yo a mí pareja le
decía cómprame esos zapatos, eran más bonitos que ellas, y ellas como que no les gustaba, yo llamaba
mucho la atención. Pero a ellas no les gustaba de que yo me viera mejor que
ellas, porque siendo que ellas eran más antiguas que yo, sobre todo en la
población cachai, por eso. Pero no, yo después me empecé a alejar y después no tuvimos contacto,
solamente después nos veíamos y las pasaba a saludar no más. Porque igual te
saludaban como ¿qué huea te pasa?”
“Esas eran amigas por decir no más, pero no eran amigas, amigas
como pa’ poder confiar en ellas así como pucha, así como yo lo puedo hacer con la Claudia. Eran amigas
como pa’ construirse el cuerpo y nada más.”
En
el relato de Daniela este primer contacto con las pares emerge al momento de
comenzar su construcción: son ellas quienes la asisten principalmente en el proceso
de transformación corporal, apareciendo como entes validados y validadores para
ello. Con ellas se enfrenta a una de las dinámicas que se reitera en la
relación entre travestis y que tiene relación con la disputa por quien es capaz
de representar de forma más fidedigna una figura femenina, lo que genera un
progresivo distanciamiento de ellas.
“Exacto. Era como necesito y ellas son las que… y cuando pucha me
contaban de que trabajan en el circo tanto, en el circo Timoteo y yo siempre
veía, oía, escuchaba ese nombre Timoteo y veía el show y toda esa cosa, pero
nunca pensé que ellas trabajaban ahí y todo ese cuento, pero después ya cuando
empezaron, ay, ahí dije entonces existe,
existimos cachai. Y ahí como que me llamó la atención, y empecé a juntarme, a
conversar y toda esa cosa, pero no después tanto así como lo hago con la Claudia , y con todas las
demás que ahora conozco, porque ahora conozco casi todas desde Santiago, y de
regiones en que hemos estado. Y como que yo decía puta, no somos pocas cachai,
somos demasiadas, y pensaba que éramos pocas no más po´h, en ese momento yo
pensé que éramos pucha con las que se oían no más, pero hay hartas personas,
hay hartas. Por eso yo, veía así como cuando podré… y ser como ellas. Y ahí
como que conocí después a la
Claudia.”
Las
experiencias de vida que pudo compartir con otras travestis permitieron que
Daniela diera estatuto de real a sus vivencias. En el encuentro con otras
subjetividades iguales a la de ella fue desmitificando diversas creencias que poseía
respecto del travestismo. Ellas se convirtieron en su primer referente respecto
de la posibilidad de ocupar espacios
públicos, de poder romper con la idea anidada por años de poseer una vivencia
particular que la hacía diferente a los demás, y hacer explícito el deseo de
asumir una identidad otra a aquella que
había debido sostener por años.
A
través del encuentro con las pares se comienza a cimentar un camino que busca
de alguna forma, como propone Fernández (2004), levantarse contra la violencia
simbólica de aquellos esquemas dominantes que las han conducido a auto
percibirse y apreciarse según una imagen desvalorizada, imagen especular de la
mirada del sistema de dominación.
En
este contexto, las organizaciones aparecen como espacios que permiten dar
respuesta a sus inquietudes y re- significar su historia. En su ingreso a éstas
se despliega ante sí un universo simbólico que le permite re – leer su pasado y
explicárselo. Se inicia así un proceso en el cual se confrontan prejuicios y
estereotipos respecto de las nuevas definiciones a las que acceden, pudiendo romper con el
temor ligado a la pertenencia a un grupo que es altamente discriminado y
estigmatizado tanto por el ejercicio del trabajo sexual como por ser un grupo
de diversidad sexual, el que con frecuencia aparece vinculado a la violencia,
delincuencia y la patología, lo cual hace aún más difícil su proceso de
asunción.
“No tenía idea de nada cachai, no tenía idea de si acaso existían
o no existían las organizaciones. Yo antiguamente veía también el tema de que habían marchas
pero nunca pensé que eran marchas como…yo veía que habían locas vistiéndose.”
“No, independiente de la tele…independiente
de la tele lo veía también en el tema cuando llegué a la otra organización y
empecé a darme más cuenta de lo que era.”
“En REDOSS, ahí también trabajaba. (…)Pero y ahí empecé más a
pensar de no porque era una persona de casa no iba a ser trans. Y ahí también
empecé a ver de que, si yo era trans yo era una transgénera no era una trans,
independiente de cómo yo me este construyendo era una transgénera cachai.”
“Exacto, nunca pensé que eran por organizaciones cachai, y por eso
gracias a Dios, a ella, yo he conocido
muchas cosas que antes no sabía.”
Quizás
el conocimiento más importante al que accede es aquel respecto de sí misma. En
su relato queda plasmado su acceso a definiciones identitarias en las que más
allá de su anatomía, de la forma en cómo se estaba construyendo con o sin
hormonas/con o sin cirugías, lo esencial era el poseer una vivencia genérica
distinta a aquella asignada al nacer, lo cual la sitúa en el lugar de lo
transgénero.
El
comenzar a participar de organizaciones se convierte en un hecho altamente
significativo para Daniela, generando un fuerte impacto en su vida personal.
Estos espacios colectivos se constituyen en ámbitos en los que puede compartir
experiencias, consiguiendo alivio al sufrimiento en el descubrimiento de
similitudes entre sus compañeras.
“Bueno yo llegué a través
por la Claudia
cachai, así como yo….y bueno del principio fui al centro cuando me encontré con
la Claudia y
todo el cuento, que quería ver todo el tema de la operación o de las hormonas y
toda esa onda, saber un poco más o si acaso tenían ellas información o quien
les daba hormonas y todo ese cuento. Y ella me dijo que ella trabajaba en una
organización o algunas organizaciones y ahí fue que estaba trabajando en el
REDOSS y después estaba trabajando con el MUMS, porque la trans histórica de
acá de Chile estaba trabajando en REDOSSS y que necesitaba más gente y todo el
cuento.”
“Estaban haciendo una mesa de prevención, una mesa de información, en, en stand
en la Plaza de
Armas.”
Las
organizaciones aparecen valoradas como espacios en los que se provee de
herramientas que les posibilitan obtener un mayor conocimiento respecto de sí
mismas, y de sus derechos, permitiendo restituir las confianzas rotas durante
muchos años y fortalecer su autoestima, volviendo a posicionarse como sujetos
de derecho ante la sociedad. Esto último es fruto de un trabajo paulatino en el
que la información que provean las pares y su apoyo les permite ir ganando
autonomía en la lucha por sus demandas.
“Lo que pasa es que yo lo vi así como aprender y saber un poco más
en qué estaban las organizaciones, eh pucha vi que yo antes veía que existía
pero, cómo te puedo decir, veía cosas en la tele, pero no veía que existían por
decir. Y ahora como que, disculpando, vi ahora como que estoy más interesa
vienen otras chicas y es más importante trabajar en lo trans, en lo gay y lo
lésbico cachai y saber más de la historia, saber más la discriminación y que
seai público cachai es importante, y eso me dio así como más fuerza a trabajar,
(…) lo hice porque quería darme a conocer y saber más de los temas trans fuera
de Chile cachai y fue importante lo que me
encontré y me gustó y estoy trabajando en eso …así como muy
interesante.”
“A través de mis compañeras
con las que trabajo también acá, y tení que andar en todas po´h cachai,
de buscar información pa’ las otras
chicas que no pueden hacer el tema del trámite y nosotras tenemos que llevarle
la información y decirle si se puede hacer y ahí las chiquillas como que ay que
no, quiero ir con ustedes, porque se siente aquí se siente allá. Y yo también
me sentía una vez, una vez también me sentía no voy a poder hacerlo. Pero no,
fui con mi compañera y después como que ya, eh. Pero le decía yo, Claudia pero
¿cómo lo voy a hacer?, que me van a hacer sacarme la pintura, no po´h, siendo
que la Claudia
también no se sacó la pintura. Ya vamos, porque a mis compañeras se les pasaba
perdiendo los carnet, cachai, en todas las discos se les perdía el carnet. Ya
mañana vemos a ir a sacar el carnet, ya vamos mañana les decía yo. ¿y cómo voy
a ir? Anda como querai, anda cómo te sintai. Ya, fui con mini, igual me arreglé
tanto que aquí allá porque quería salir bien en la foto, pero ni un rollo.
Sacaron como 3 fotos, cuál querí, la que te reí, o la que no te reí, o la que
se te cerró un ojo y tení que buscar la perfecta. Pero nunca tuve así como uy
aquí allá….no, ahora ya por decir ya
estoy como bien el tema que si ya saqué el carnet, tengo que sentirme bien
cachai. Y de esa vez que yo me siento así como que…”
El
fortalecimiento de sí mismas hace posible su acceso a nuevos espacios de
desarrollo personal, participando de forma activa en la generación de
movimientos para luchar contra la discriminación y auto- discriminación, al
derribar ideas erróneas de la identidad travesti, no sólo a nivel social, sino
también entre las pares, en pos de la búsqueda de una mejor calidad de vida.
Las
organizaciones otorgan a las travestis nuevas herramientas para adaptarse al
medio, la reflexión generada en estos espacios les permite posicionarse de
manera distinta en la sociedad, devolviéndoles un sentido de pertenencia
respecto de ésta, por el que no obstante deben luchar día a día y en donde es
sumamente importante la participación de un mayor número de población travesti.
“(…) pero ya tengo ya como un poco avanzado el tema y tengo que
aprender y yo enseñarle a las otras chicas que vengan, porque igual la idea es
tener otras chicas más trabajando conmigo. Y en eso, en eso no estoy sola, estoy con los chicos que me
apoyan y es importante trabajar.”
En
el contacto con las pares se genera el reconocimiento y reafirmación mutua de
la identidad de género que se busca representar. En sus interacciones es
posible encontrar un compromiso con el juego de apariencias, que permite hacer
creíble ante sí misma la imagen que busca proyectar.
“Me acerqué a ella y le
pregunte oye qué te hiciste tú para verte así, y ella me dijo pero que
querí hacerte tú, porque ella me dijo que yo era mina, yo le dije no si yo no
soy mina, soy un hombre disfrazado de mujer le dije yo y ella también quedó
así, ¿qué? me dijo Ay pero no se te nota pa’ na po’h, así como ella habla
cachai así como, yo le dije si po’h tú sabes quiero cambiar de tener hormonas,
cuando yo estaba en eso que quería tener menos pelos en la cara (…)”
Facuse
(1998) señala que el reconocimiento mutuo de la identidad femenina simulada
ingresa a un pacto de ruptura con la masculinidad como destino unívoco de los
hombres, en donde dicha masculinidad queda tachada por la impostura de la
representación. Al sellar este pacto de complicidades que hace frente a las
nociones culturales dominantes que esclavizan el género a aquello que está
escrito sobre el cuerpo, este agenciamiento se cierra sobre sí mismo, ante la
posibilidad de que la infidelidad del disfraz sea puesta al descubierto.
La
participación en organizaciones permite ampliar las redes sociales,
estableciendo nuevos vínculos que resultan altamente significativos, por cuanto
en ellos se produce un tránsito de afecto, reconocimiento y respeto. Quizás
estos dos últimos hacen que sus
relaciones sociales se vayan estrechando en torno a este círculo, ocasionándose
la paradoja de sentirse libre para expresarse en un espacio que sólo reúne a
quienes están igualmente coartados.
“Ay el MUMS pa´ mí es como la segunda casa cachai, porque tení
amigos, hermanos que te cuentan cosas, y hay que saber conocerse también más
que otros, y en el MUMS es importante trabajar por el tema por decir si hay
alguno que tiene una enfermedad así, le tení que saber llegar. Porque así si
tú, yo antes no sabía ese tema, si tú tení alguna enfermedad pucha yo me tenía
que desligar de la persona, ahora no po´h, ahora pucha pasa eso de que si
alguien tiene alguna sífilis cachai, temas de enfermedades estas de transmisión
estai con ellos po´h, tení que estar escuchándolos igual, dándoles consejos, no
tenía que estar así como ¡uy! haciéndoles esquiva, tení que estar más apoyados,
juntos, amanecer preguntándole como se siente. Es Importante, es rico sentirse
esa onda de que no porque tú estí enfermo te vai a echar a morir y se te van a
aislar… eso encontré interesante.”
Y actualmente tú grupo de amigos es de acá, gente de afuera
“Hoy en día son todos del movimiento. Y a parte habían así como
hola y chao y compartir un poco son de
otras organizaciones, pero antes no tenía esa onda de tener tantos amigos.
Antes tenía amigos de la infancia del colegio, que igual los veía, pero antes
que llegara al movimiento. Ahora no po´h, ahora tengo acá en el movimiento y
pa´ mí ahora está va a ser mi primera casa, como yo me vengo a vivir acá está
es como mí primera casa, no es la segunda casa como antes. Es mi primera casa.”
La
relación que se establece con otras organizaciones trans o con otros grupos de
diversidad sexual no siempre resultan ser del todo fluidas, Daniela plantea que
hay distintos intereses al interior de ellas, privilegiando en ocasiones
factores económicos por sobre el beneficio colectivo que se podría obtener de
un trabajo en conjunto, el que no obstante se produce cuando hay una causa
común.
“Todo es bueno, es
buenísimo, pero a veces hay “ay que no me gusta”, “ay que me gustai porque tení
el físico”. Pero son detalles, es bueno el tema de lo gay, lo lésbico y lo
trans, pero igual es conflictos en conjunto, pero es bueno todo el tema, nunca
es así como, “no, no luchemos por esto, porque a mí no me gusta”, si hay
reunión de organizaciones y se tiene que
luchar por un caso que es importante pa’ los tres grupos, está todo el grupo,
pero si a uno no le parece, igual se va a luchar, porque igual después va a ver
que más adelante igual le va a servir. Pero no, no hay conflicto, lo pasa así
de que igual somos todos como hermanos en el mundo global GLBT.”
“Es que son muy conflictivas, po´h. Es que igual a veces el tema
de la marcha, el hola y el chao, y eh, por decir alguna marcha que tengamos y
apoyemos a las mujeres, las chicas no van mucho, o van poco y siendo que somos
minorías tienen que estar en todas y no lo veo que están en todas. Les gusta
donde hay plata no más.”
“(…) si ellas se ganan un proyecto ellas no lo van a
compartir con las otras organizaciones
tampoco. Pero por decir alguna organización gay, que haya puros gay y que
quieren hacer el trabajo de trans,
tienen que saber compartirlo con las trans, pero las trans no comparten así.
Pero ellas saben de todo el tema. No es así como que son inútiles, ellas saben,
ellas saben que micro tomar cachai y con cuál y
con quien dejarle la escoba.
Porque algunas son así.”
Las
organizaciones son consideradas como espacios de lucha desde los cuales
levantar sus demandas hacia una sociedad que las priva de sus derechos, al interior de las cuales se proyectan
políticamente.
“Sí. Yo estuve en una discusión con, antes de ayer en una reunión
cachai, con la otra organización que es Acción Gay que ahora quieren que yo sea
la presidenta de red trans de toda Latinoamérica cachai, y que igual la Amanda Jofré está en
eso, y la Amanda Jofré
quiere solamente plata no más, cachai, y
no como plata pa’ la organización,
quieren como entre comillas pa’ ellas. Es importante tener pa’ la organización,
y pa’ las que vienen detrás y para ver que las chicas que te quieren seguir que
estai haciendo algo por ellas y eso es importante hacerlo y eso es lo que quieren ahora MUMS y Acción Gay,
quieren que me meta yo. Y estoi super
complica en todo caso, porque igual así como, se te vienen todas encima
después.”
[1] Considerar el travestismo como aprendizaje deriva de los
planteamientos de Facuse (1998) para quien éste constituye un proceso gradual
de interiorización del nuevo modo de vida asumido, y que por tanto no concluye
en el hecho de haber generado un cambio de apariencia.
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